Hoy estuvimos en nuestro supermercado en Rheinbach (siempre vamos desde Bonn). Rheinbach también estuvo bastante afectado.
Es una tienda enorme, realmente tienen de todo. Enorme. Casi un templo del consumo.
Sensación de kilómetros de estantes refrigerados.
¡Todo, absolutamente todo vacío! No había nada que necesitara refrigeración. Luego supimos que ya el miércoles se fue la luz por la inundación. Tuvieron que tirar todo lo que estaba en las refrigeradoras y solo pudieron reabrir hoy.
Es realmente terrible. Estamos justo cerca de Altenahr, Euskirchen, Swistal y compañía.
El jueves estuvimos desde aproximadamente la 13:00 hasta las 20:30 ocupados salvando el jardín y el garage, o tomando medidas para que la terraza no se inundara ni entrara agua a la casa.
Así se veía aquí por la tarde. Y el agua seguía subiendo:
Alrededor de las 17:00 el agua estaba a unos 25 cm en la puerta del garage.
¡Y vivimos en la cima de una colina! Solo fue lluvia, ningún arroyo, ningún estanque. Nada por el estilo.
Al principio intentamos contenerla con una aspiradora de líquidos. Sin chance. El agua subía mientras aspirábamos. Luego, a las 17:30 fui a la ferretería y compré una bomba. A las 19:30 se rompió. A las 19:50 volví a la ferretería y ya no quedaban bombas.
Solo había una que era de exhibición y ni siquiera estaba completa. El pobre vendedor recorrió tres (!) departamentos y me la armó al mejor estilo Mac Gyver.
A las 20:30 conecté esta “nueva” bomba.
La lluvia amainó y al final todo salió bien.
Nunca había vivido algo así en mis 43 años.
Pero en ese momento ni nos imaginábamos lo que estaba pasando alrededor de Bonn…
Fue duro para nosotros. Por primera vez sentí lo que significa decir que la naturaleza es una fuerza contra la que nada se puede hacer.
Ahora solo estamos humildes, conmocionados e incrédulos al ver lo que les ha pasado a tantas personas…
No hay palabras.