El problema casi siempre ocurre en fachadas con aislamiento térmico exterior. La superficie de estas fachadas es relativamente fría, por la mañana el aire más cálido se condensa en la superficie - junto con microorganismos y polen, que gustan de estos lugares húmedos, se produce la decoloración oscura (no siempre tiene que ser moho). En realidad, solo se tiene la opción de usar pinturas fungicidas, que deben renovarse regularmente para que el efecto persista. O se elige desde el principio un color de fachada oscuro (para que no se vean las manchas...).